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“Llamaremos a esta base comienzo de la urgencia interior”. (Kandinsky, De lo espiritual 54)

Posted on July 24, 2022

“Llamaremos a esta base comienzo de la urgencia interior”. (Kandinsky, De lo espiritual 54)

Segun Kandinsky, todo factor seri­a doble: exterior e interior. La visibilidad del color corresponde a su matiz exterior, mientras que “su revelacion interior se fundamenta en la tonalidad afectiva a la que esta asociado, que seri­a lo unico que constituye su verdad verdadera desplazandolo hacia el pelo lo que le confiere el ser” (Kandinsky, De lo espiritual 49). Al dejar a un aspecto el universo sobre los objetos, “las apariciones sensibles pueden ser captadas en su pureza formal y su resonancia oida sobre nuevo” (55). La tesis principal sobre Kandinsky consistio en que cada color posee una tonalidad afectiva propia:

“No puede efectuarse color –rojo, azul, amarillo– mas que alla donde ese color seri­a sentido, acerca de el extremo de su “sentirse a si mismo”: en la vida invisible desplazandolo hacia el pelo unicamente en la novia hi5. Sin embargo el tener buenas sensaciones a si misma de la vida, del color, seri­a su pathos. El color nunca esta ligado a la tonalidad en funcion sobre la asociacion externa asi­ como contingente, variable Conforme los individuos. Es en si exacto, en la substancia fenomenologica sobre su ser y en su carne, como sensacion desplazandolo hacia el pelo como subjetividad, esa tonalidad afectiva, esa sonoridad interior”. ( Kandinsky, De lo espiritual 89)

En su libro referente a Kandinsky, Henry sintetiza la teoria kandinskyana de las colores considerando que “descansa enteramente en el vinculo tonalidad/color, que nunca seri­a una diferente cosa, a fin sobre cuentas, que la misma interioridad en si misma del color en tanto que impresion pura, lo que llamamos su pathos”. Como prototipo de lo foraneo, lo visible del color, desplazandolo hacia el pelo lo interno, su tonalidad, elige el color colorado:

“Que la experiencia del rojo no radica en percibir un objeto colorado asi­ como ni siquiera el color rojo como tal, en considerarlo rojo, sino en percibir su obtener en nosotros: la sensacion, esto es, en resultado, lo que fulmina sobre la pintura toda mediacion objetiva, la sobre las objetos en primer sitio, del significado que se les puede dar, del pensamiento, sobre la “cultura” con sus variaciones Conforme la epoca desplazandolo hacia el pelo las lugares… (Henry 93)”

Mas adelante asi­ como siguiendo con el color colorado, Henry comenta:

“Para aislar el colorado de este circulo perturbador, Kandinsky tuvo la ingeniosa idea que bastaria Con El Fin De manifestar su profundo instinto filosofico: arrancarlo a la verdad, a la extensii?n, a las limites, a los otras tonos contiguos. Basta pronunciar la sola termino “rojo” o concebir este color desprovisto unir a el ninguna apariencia ni, con de mi?s grande finalidad, la comprension de un rojo real con el fin de que inmediatamente resuene una tonalidad en nosotros, la del rojo exacto separado de toda manera sobre todo otro color susceptible de alterar, y por tanto velar, su sonoridad propia”. (107)

Se refiere Michel Henry a un pasaje de sobre lo espiritual en el arte en donde Kandinsky contrapone el pensamiento o perspectiva intelectual a su percepcion, la termino que alude al colorado, frente a su realidad material. Reproduzco cualquier el pasaje:

“El color no se puede extender ilimitadamente. El rojo incontable solo se puede meditar o ver intelectualmente. Cuando oimos la expresion “rojo”, el “rojo” no goza de limites en nuestra imaginacion. Las limites, si son necesarios, Existen que imaginarlos casi a la potencia. El colorado que no se percibe materialmente, sino que se imagina sobre manera abstracta, provoca una cierta idea, precisa e imprecisa a la vez, que posee un tono puramente interior y no ha transpirado corporal. El rojo que resuena en la termino nunca dispone de una matizacion fina del tono rojo. Asi que digo que este ver espiritual es impreciso. No obstante, al identico lapso, es necesario, ya que el estrepito interno esta desnudo, sin tendencias casuales hacia el calor, el frio, etc. Que llevan al adorno. El estrepito interno se parece al ruido sobre la trompeta o sobre un instrumento imaginado con la termino “trompeta”, etc., en desaparicion sobre las pormenores. El estruendo se imagina, desprovisto las diferencias que en el se producen, cuando suena al viento libre, en un espacio cerrado, unico o con otros instrumentos, cuando lo produce un postillon, un cazador, un soldado o un virtuoso.

Cuando este rojo ha sobre ser reproducido en buena condicion fisica material (igual que en la pintura), posee que a) tener un tono concreto, escogido dentro de la conjunto infinita de las diversos rojos, en otras palabras ha de ser caracterizado subjetivamente, b) tiene que acontecer restringido en la espacio, separarse de otros colores, que se hallan obligatoriamente en su empresa, que son inevitables y no ha transpirado modifican (por delimitacion desplazandolo hacia el pelo cercania) la caracteristica subjetiva (que obtiene una envoltura objetiva): aqui entra en esparcimiento la consonancia objetiva.” (Kandinsky, sobre lo espiritual 57)

Al opinar el pasaje, Henry senala que Kandinsky esta contraponiendo lo que filosoficamente se denominaria la “esencia del rojo” a las diversos coloridos posibles, como son el colorado de Saturno, el colorado cinabrio, el colorado ingles, la gomorresina roja. Lo esencial consiste en que toda esa variacii?n sobre matices del rojo conserva el “tono fundamental” (Henry 108). Hay entonces la tonalidad misma del rojo, que nunca varia escasamente a pesar de la riqueza de sus matices. Kandinsky deje del pensamiento o la perspectiva intelectual, pero ?que nos diria de la perspectiva? ?Que nos diria de la vision de Juliana? Asi­ como no unicamente de la vision de Juliana, sino Asimismo sobre la fama que provoca en el lector sobre su Libro. Destacare simplemente que en la vision, el rojo parece extenderse ilimitadamente. En ese interes la habilidad visionaria es tan independientemente de la desempeno material, pictorica, como lo que Kandinsky denomina el planteamiento o la perspectiva intelectual. En la vision de Juliana es la matanza de Cristo el objeto sobre la vision, crimen que seri­a naturalmente roja. El colorado no esta desligado del objetivo, aunque en este caso la sangre es de este ambiente y no ha transpirado del otro, fluyente igual que la luz sobre la divinidad, asi­ como por tanto intensamente externa desplazandolo hacia el pelo visible, al exacto tiempo que interna e invisible. Sobre hecho, la sangre sobre la perspectiva sobre Juliana, como bien hemos podido probar, nunca seri­a la muerte que sale del costado sobre Cristo, igual que nos la muestra la pintura gotica, sino la mortandad “otra”, que inunda toda la estancia, avanzando hacia el lector que la imagina a partir de las terminos sobre Juliana, seri­a la crimen que, imparable, recorre las tres mundos.

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